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Ex, sin influencia
Juan Sánchez Mendoza
jusam_gg@otmail.com
En la selección del candidato priista a la gubernatura, los ex mandatarios Enrique Cárdenas González, Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores quedarían fuera de la jugada sin tener, siquiera, derecho al veto.
Don Enrique, por razones de salud; ‘El chaparrito bailarín’ porque ya no tiene influencia política en el terruño; y los otros dos, por el descrédito que les generan las presuntas órdenes de arresto en su contra, liberadas allende el río Bravo.
Y digo probables porque de ser oficiales el gobierno americano ya le habría pedido al de México su captura y extradición para enjuiciarlos –en sus cortes federales, obviamente–, a menos que aquí, en nuestro país, a ambos se les proteja en las instancias encargadas de perseguir el delito.
Como fuere, los golpes dados ni Dios los quita.
De ahí que el alto mando del partido tricolor (y por supuesto el señor de Los Pinos) deba reconsiderar con qué grupos de poder político estatal debe negociar la candidatura (a jugarse en el proceso electoral del 2016) que hoy, como nunca, apetecen los madrugadores que mucho animan la sucesión adelantada.
Tan es así que en los mentideros políticos se elucubra un rosario de probables, entre quienes figuran tres ‘destapados’ y siete interesados sin reconocerlo aún públicamente.
Helos enseguida, por estricto orden de sus nombres (de pila):
1) Alejandro Etienne Llano (alcalde de Victoria), cuya pertenencia de grupo está ligada al gobernador Egidio Torre Cantú;
2) Baltazar Manuel Hinojosa Ochoa (secretario de Organización del CEN priista), con innegables relaciones en la Ciudad de México –léanse Enrique Peña Nieto, Enrique Martínez y Martínez, Luis Videgaray Caso y César Octavio Camacho Quiroz–, quien podría ser dirigente nacional del tricolor por prelación y entrará a la LXIII Legislatura de la Cámara baja, a manera de diputado plurinominal;
3) Edgardo Melhem Salinas (diputado federal electo), quien goza de la estima de Rosario Robles Berlanga (la secretaria federal de Desarrollo Social) y logró una de las cinco victorias más contundentes en el país, en el proceso comicial que está por concluir;
4) Enrique Cárdenas del Avellano, actual diputado federal. No oculta su interés –hasta el grado de ya haberse quitado la capucha–, por lo que recorre el V distrito electoral federal para reunirse con los factores político-económicos en busca de apoyo;
5) José Elías Leal (presidente municipal de Reynosa) también surge como aliado del mandatario. Ha hecho un buen papel en el ayuntamiento y tiene experiencia en las lides electorales, así como en la batalla contra falsos mesías como el senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
6) Luis Alejandro Guevara Cobos (diputado federal electo), conserva cercanía con el jefe del Ejecutivo federal –fue su jefe de giras–, y es bien visto por el Ejército, lo que me lleva a suponer que tiene experiencia, o al menos asesoría privilegiada, para combatir uno de los cánceres que más dañan a la sociedad: la inseguridad pública;
7) Marco Antonio Bernal Gutiérrez (diputado federal en funciones) al que mucho anima el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera –el pastor legislativo–, se mueve con cautela pero sin quitar el dedo del renglón en su proyecto;
8) Mercedes del Carmen Guillén Vicente (diputada federal), acata la línea del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, siendo ahí, precisamente, donde finca su proyecto de ser gobernadora; además es la única mujer que pelearía el derecho de la candidatura priista;
9) Miguel Ángel González Salum –diputado federal electo aquí en el V distrito electoral–, por segunda ocasión estará en el Palacio Legislativo de San Lázaro; ya fue alcalde, dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (Cnop) y Secretario de Finanzas del Gobierno estatal; y
10) Ramiro Ramos Salinas –presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso estatal–, quien a la vista sólo obedece a un patrón, al que debe lealtad, su posición y promoción política inmediata, que es el Gobernador.
Los madrugadores
De esta decena de aspirantes, sólo tres han dado rienda suelta al ímpetu sucesorio que no los deja dormir: Ramiro, Marco y Enrique.
Los otros siete han admitido en petit comité estar interesados.
Pero por prudencia, (falsa) disciplina o miedo (convencidos de quien se mueve no sale en la foto), no lo manifiestan públicamente.
De cualquier forma en rejuego sucesorio ya está adelantado con, sin y a pesar de los ex gobernadores (aún con vida) que quisieran influir en el la selección del candidato.
Factores de decisión
A diferencia de otros procesos selectivos –igual de sucesión adelantada–, en esta ocasión el candidato tricolor surgiría de un proceso atípico, aun cuando los aspirantes reclamaren derechos amparados en su trayectoria política.
Esto mismo me lleva suponer que los factores de decisión serían:
a) El voto del señor de Los Pinos;
b) El voto y el veto del Gobernador;
c) Los resultados que arrojen las encuestas levantadas ex profeso;
d) El comportamiento de los aspirantes durante su carrera político-partidista;
e) Una investigación para determinar si mantienen o no vínculos con grupos delincuenciales; y
f) El resultado de una compulsa para acreditar el origen de su dinero y/o patrimonio.
Nulidad del freno
Pretender (a estas alturas) detener el rejuego adelantado de la sucesión, es harto difícil. Sobre todo porque hay actores involucrados que no están dispuestos a acatar las directrices de sus dirigencia –entiéndase, la línea marcada–, en virtud de que saben que la decisión no les favorecería.
Por eso mismo considero que es hora ya de dejar correr a todos, en este hándicap.
Alto a los acelerados
Hace días el presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) priista, Rafael González Benavides, le marcó un alto a los acelerados.
Lamentablemente, su llamado no ha sido puntualmente atendido por la clase política tricolor –aunque sí quizá por el equipo compacto del mandatario–, como se advierte claramente con el proselitismo encubierto que realizan los nostálgicos del poder y sus emisarios que, esta vez, dan en disputar al jefe del Ejecutivo estatal la selección de su sucesor.
Al desafío en contra de esa intención disciplinaria interpartidista (de cara al proceso electoral del 2016, obvio), en mucho contribuye la apatía del CEN del PRI, pues César Augusto Camacho Quiroz se muestra más ocupado en la instalación de la LXIII Legislatura de la Cámara baja que en atender lo inherente a los procesos comiciales del año próximo.
Y bajo esa tesitura, precisamente, de la calentura ya se pasa a una actitud febril.
Aspirantes obtusos
La retahíla de nombres que hacia el interior y fuera del PRI se maneja para de ahí seleccionar candidatos a los 43 ayuntamientos y diputados, con relación al proceso estatal que viene, evidencia la amenaza de un sainete interpartidista de pronóstico reservado.
Sin embargo, quienes aspiran ser considerados los prospectos más viables para la nominación obligados están (por convicción propia o falsa disciplina) a bailar al son que les toque su líder político.
Es decir, el Gobernador.
De otra forma tendrían que buscar alternativas fuera de la entidad –si acaso lograran comprobar su residencia y ser aceptados por quienes los considerarían extraterrestres–; y, en lo que toca a los más rebeldes e indisciplinados, en membretes opositores al Revolucionario Institucional, pues sólo en mentes obtusas cabe la presunción de que con, sin y a pesar del mandatario estatal podrían acceder a las posiciones que habrán de disputarse el año venidero.
No obstante hay priistas domésticos que insisten en moverse allá en la Ciudad de México buscando la tutela de Camacho Quiroz, al creer que éste por el simple hecho de todavía presidir el Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, es quien determinaría las candidaturas pues su insensibilidad no les permite entender que lo que el mexiquense requiere, hoy por hoy, es el cobijo del jefe político tamaulipeco para blindar su investidura y que él no está en condiciones de imponer ni exigir nada.
Las desavenencias
Sobre el mismo tema, es evidente que la situación se ha tornado más ríspida conforme transcurren los días, merced al nivel que (ya) alcanzan las desavenencias entre los aspirantes que se mueven en la geografía tamaulipeca.
González Benavides mantiene su postura de no adelantar vísperas y esperar los tiempos para entrar de lleno al tema.
Pero mientras en el alto mando tricolor busca meter orden en este hándicap adelantado, los aspirantes se conducen como mejor les viene en gana y nada parece importunar sus ansias de hacer proselitismo.
Menos sus dichos y actuares.
No obstante que habitualmente lo declarado y sus desplantes causen malestar entre ellos mismos, hasta el grado de que muchos de los oportunistas que los acompañan en su aventura alienten el encono, le apuesten a un ‘choque de trenes’ y magnifiquen la disputa.
Bronquitis
El triunfo electoral de Jaime Rodríguez Calderón alias ‘El Bronco’, allá en Nuevo León, motiva a cualquier cantidad de ciudadanos a emularlo en la búsqueda de espacios de representación popular, por creer que jugó por la gubernatura como candidato independiente, cuando en realidad fue un producto fabricado, financiado y cobijado, por el grupo de poder enemigo del mandatario en funciones, Rodrigo Medina de la Cruz.
Dicho coloquialmente, ‘El Bronco’ participó en esa contienda estatal a manera de candidato sin partido.
Usted puede llamarlo también dependiente, del factor empresarial al que rinde pleitesía.
No obstante hay políticos imberbes aquí en el terruño, que se tragan el cuento de que jugándosela como ‘independientes’ accederían al poder en la contienda estatal que se avecina, cuando adolecen del apoyo de un grupo financiero, como ‘El Bronco’, para medir fuerzas con el poder.
De ahí que en los últimos días se hayan dado destapes a granel en los 43 municipios de la geografía estatal, buscando tempraneramente las candidaturas a las alcaldías y diputaciones.
Y que más de un aspirante a la candidatura gubernamental pretenda espantar con el petate del muerto de irse por la libre.
La reforma, va
En reiteradas ocasiones, en este mismo espacio le he comentado que algunos integrantes de la LXII Legislatura del Congreso local asoman ignorancia del ejercicio parlamentario.
Pero aún con esa falta de conocimiento, no pudo impedirse avanzar en la confección de la reforma electoral estatal, sin el aval de los diputados albicelestes.
Actitud reprobable
La ausencia de liderazgo en el Partido Acción Nacional (PAN), al menos aquí en Tamaulipas, alienta una asonada entre su militancia que no está dispuesta a seguirle el juego a César Augusto Verástegui Ostos, quien ya ha sido rebasado por sus propios compañeros, quienes le sugieren modificar su actitud por ser ésta la única forma de participar dignamente en el ejercicio político estatal.
Incluso el jefe albiceleste asoma paranoia al suponer que es en la administración pública donde se gesta la crítica a sus desplantes –sin ofrecer argumentos valederos o pruebas que sustenten su muy particular apreciación–, y se exhibe como un guía político desinformado al ignorar las declaraciones de quienes reclaman que cambie su perorata.
En contraparte, y con muy mala leche, algunos de sus aliados han puesto en marcha una campaña de desprestigio en contra del Gobierno estatal, como táctica recurrente para ganar los comicios del año próximo.
Sin embargo los ejecutores de esa andanada sólo exteriorizan suposiciones sin mostrar evidencias; no son congruentes entre lo que dicen y lo que pueden sostener; y juegan sucio en su búsqueda de enturbiar tempraneramente el adelantado proceso electoral.
Hace días, en este mismo espacio, le comenté que fuentes dignas de todo crédito me advirtieron que en Reynosa se pondría en marcha una campaña de descrédito en contra de funcionarios del Gobierno estatal, como parte de la estrategia electorera de Acción Nacional.
También dije que en circunstancias normales rumores como éste no ocuparían mi tiempo por ser tácticas recurrentes para mendigar espacios en la prensa, pero que en un contexto donde la política es la prioridad del quehacer administrativo, me parecía y sigue pareciéndome una barbaridad.
Más cuando hay retrógradas que le apuestan a la descomposición del sistema. Entes enfermos de poder, que quisieran ver a Tamaulipas nuevamente hundido en la miseria, el atraso, la anarquía y la inseguridad.
Sólo así puede entenderse la campaña difamatoria, que, estoy seguro, no hará mella en el ánimo de Egidio Torre Cantú ni en el comportamiento de los tamaulipecos (de aquí a cuando entremos de lleno al proceso) por conocer de antemano la procedencia del golpeteo.
Para arremeter contra la entidad, el mandatario e incluso las instituciones, los Maquiavelo(s) de guarache han trasladado su pueril conducta hasta la Ciudad de México, donde buscan engatusar a los medios de comunicación masiva (mal) llamados nacionales.
No obstante la operación ha quedado al descubierto y abortado, a grado tal que sus principales maquinadores en unos días más podrían ser blancos del escarnio provocado por su propia tenebrosidad.
De ahí que advierta, entonces, que Tamaulipas podría vivir otra vez momentos de incertidumbre en su avance democrático, merced a las calumnias que pretenden lanzar los ‘iluminados’ del PAN.
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