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Los retos de Pancho
José Romero
Al igual que hace seis años José Eduardo Calzada Rovirosa llegó al gobierno estatal con un gran bono político, hoy los queretanos han extendido a Francisco Domínguez Servién un generoso cheque, no en blanco, pero si con los recursos necesarios para hacer de su gobierno algo memorable.
La tarde del domingo en que inició su campaña, cuando generosa y amablemente me saludó, le dije: “No te deseo suerte, porque esto no es de suerte, sino de trabajo y cosecha de votos”.
Y lo hizo.
Lo hizo apoyado en un gran equipo de campaña, donde todos y cada uno de ellos hizo la tarea asignada.
A diferencia de la corte que rodeó a Roberto Loyola Vera, la humildad y unidad partidista privó en las huestes lideradas por José Báez Guerrero.
Alguien comentó en los álgidos días de campaña: “van como muéganos: bien pegaditos”.
A la sencillez de Pancho, a su capacidad de liderazgo, a su voluntad conciliadora dentro de los diferentes tipos de pensamiento en su partido, debe sumarse el carisma de su esposa, Karina Castro y la sencillez de su progenitora, doña María Elena, y de sus hijos, Andrea y Francisco.
La señora Karina trabaja desde hace años con un grupo de admirables damas panistas. Panistas de convicción, que no buscan cargo alguno.
Sé de su labor, la cual no publicitan.
Consta a militantes de otros partidos, que han llevado ayuda a sectores marginados de la población, gestionada por estas personas, que no les interesa la difusión de su labor.
“La necesidad no tiene colores”, expresó la esposa del gobernador electo a funcionaria de otro partido, que intentó dar un reconocimiento público a la donación de medicamentos para un municipio conurbado.
¿En cuántos eventos vimos a doña María Elena Servién, mezclada entre la multitud, sin escolta, apenas resguardada por algún familiar -a veces el padre de la señora Karina, Francisco Castro- pues su edad no le permite mucha movilidad, además saludando y sonriendo, orgullosa de su vástago?
Sin duda, el triunfo de Pancho es producto de un gran esfuerzo colectivo.
Injusto sería citar nombres, pues desconozco muchos de ellos.
Pero los rostros ahí están, en videos, en fotografías, en la mente y recuerdos de quienes asistieron a los eventos del candidato triunfador.
Otro gran mérito de Pancho, es haber unido a diferentes liderazgos azules.
Juntó en Juriquilla a Felipe Calderón, a Josegfina Vázquez Mota, a Ernesto Cordero, a Gustavo Madero y a quien de manera tendenciosa, medios asuzados desde Casa de la Corregidora, presentaron en impresos y medios electrónicos, como el rival irreconciliable: Ricardo “El Cerillo” Anaya Cortés.
Este derrochó generosidad y astucia política, al privilegiar una buena candidatura sobre ambiciones y, quizá, rivalidades políticas.
Además, Pancho se echó a la bolsa a casi todos los liderazgos locales.
Claro, no faltaron los resentidos y cortos de mira, cegados por la codicia que operaron en su contra.
Por no escribir de la forma en que esquivó provocaciones -¿cuántos no apostaron a su carácter “bronco” para hacerlo explotar?-, y de la forma en que se desempeñó en los debates.
A diferencia de, por lo menos Roberto Loyola y Adolfo Camacho Esquivel, éste último candidato perredista, Pancho se veía gozoso mezclado entre las multitudes, al igual que su familia.
En su primer evento en San Juan del Río, tardó más de tres horas en caminar del templete a su camioneta.
Esta siembra, se convirtió en una generosa cosecha de votos.
Votos que, sin duda, le dan una enorme responsabilidad… y retos a cumplir, sino el mismo primero de octubre, sí en los seis años de su mandato.
¿CUÁLES SON?
De acuerdo a lo observado por este garabatero, durante la campaña, y a lo platicado con sesudos observadores de la política, si Pancho atiende la seguridad pública, quienes votamos por él, nos sentiremos escuchados y atendidos.
Si bien en comparación a otra entidades, Querétaro es seguro, en los últimos años se han disparado los índices delictivos en todo el estado.
El transporte público de pasajeros, es otro reto importante para el gobernador electo.
El fracaso y la corrupción en el sistema Red Q, unificó a concesionarios y usuarios en contra de la administración calzadista.
Y, creo, muchos votos fueron emitidos con la esperanza de cambiar ese y otros problemas.
Junto con el alcalde capitalino, Marcos Aguilar Vega, Domínguez está obligado atender de manera efectiva este asunto, que se convirtió en el talón de Aquiles para Pepe Calzada y su secretario de Gobierno, Jorge López Portillo.
La ciudadanía, espera que junto con los alcaldes y legisladores, trabaje hombro con hombro.
En particular, en la zona conurbada a la capital.
Las obras pluviales para evitar inundaciones en tiempos de lluvia, son tarea de administraciones entrantes.
Por el bien de todos, es prioritario revisar la relación medios-gobierno, para no dejarse llevar por la ola de halagos pagados por el erario.
A la hora de nombrar colaboradores, tendrá que hacerlo sin herir susceptibilidades.
No puede darse el lujo de hacerlo con el corazón, con el sentimiento de aprecio personal, haciéndo a un lado a quienes se partieron el alma en una intensa campaña.
Tiene que aprender de los errores, de quien le entregará las llaves de Casa de la Corregidora.
Aquí, debe preguntarse: ¿cómo será la relación del gobierno panchista con organizaciones sociales, ajenas y hasta distantes del panismo?
¿Las apoyará en sus gestiones o seguirá con las prácticas clientelares?
Seguramente, Pancho deberá corresponder caballerosamente con aquellos liderazgos ajenos a su partido, que contribuyeron con votos a su triunfo.
Sería un derroche de capital político, enfrentarlos, cuando puede trabajar con ellos, para el bien no del gobierno ni de líderes, sino de Querétaro.
Seguramente, en el escritorio de Pancho Domínguez, hay montañas de curriculums enviados por tres tipos de personas, a saber, los que se rajaron el alma durante años y tienen el perfil y la capacidad de conducir algún área de gobierno; los que tienen labia para colarse al círculo del poder, pero sin convicción, sin capacidad ni méritos, y sí mucha ambición y, de plano los corruptos infiltrados en la militancia azul.
Al igual que muchos queretanos, pienso que Pancho debe blindarse ante la tentación del poder absoluto.
Para entregar el mando dentro de seis años a un correligionario, deberá mantenerse en el camino que lo llevó a ser contratado, como lo pidió, por los queretanos.
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