Jerónimo Gurrola Grave
@jggrave
Cuarenta y dos años hace que un puñado de 30 jóvenes estudiantes y profesionistas visionarios, inteligentes, valientes y entusiastas, se dieron a la grande y peligrosa aventura, como caballeros andantes, ofreciendo sus brazos y sus personas, de crear en Tecomatlán, Puebla, avara región de la Baja Mixteca, a Antorcha Campesina, instrumento de lucha, para apoyar y proteger a humildes campesinos, víctimas del cacicazgo de ese entonces.
La dulce idea de “desfacer agravios y enderezar entuertos, ayudar a los necesitados, a viudas y doncellas, y traer justicia al mundo” como dijo Don Miguel de Cervantes en su célebre obra, de ninguna manera fue producto de la imaginación y del espontaneísmo de ese, entonces reducido grupo de jóvenes luchadores, sino de un profundo estudio concreto de la realidad concreta de nuestro país, bajo la dirección del gran humanista y luchador social, Ingeniero, Aquiles Córdova Morán, actual Secretario General del antorchismo nacional, quienes ya desde entonces concluyeron que en México, siendo uno de los países más ricos del mundo, había una gran desigualdad en el reparto de la renta nacional, producida con el esfuerzo y el sacrificio de los trabajadores.
Concluyeron, pues, en la necesidad de que esta riqueza se distribuyera lo más justamente posible, sin más ambición que la de convertir su idea en historia viva y sin esperar a cambio nada más que la satisfacción de luchar por un mundo mejor para los millones de pobres de nuestro país. Así, durante estos 42 años, Antorcha Campesina se ha multiplicado de manera gigantesca, pasando de los 30 iniciadores poblanos, a los cerca de 2 millones de antorchistas distribuidos en las 32 entidades de la república, entre campesinos, obreros, colonos, estudiantes y profesionistas, todos, luchando contra el enemigo común: la pobreza que azota a los casi 100 millones de mexicanos.
Haciendo un recuento de los importantes logros obtenidos para la gente, vemos que cientos de miles de mexicanos han resuelto una impresionante lista de necesidades como lotes para vivienda, recámaras adicionales, unidades básicas de vivienda, escrituración de lotes, obras de agua potable y alcantarillados, electrificación, pavimento de caminos, escuelas, clínicas de salud, drenajes, asuntos legales, entre muchas otras, que han hecho menos dura la vida de los mexicanos humildes, casi todas ellas arrancadas literalmente a los gobernantes a pesar de la obligación que éstos tienen de ejecutarlas, pues son construidas con recursos aportados por el propio pueblo a través de sus impuestos.
Pero si bien es cierto que con la lucha organizada se han mejorado las condiciones de vida de cientos de miles de mexicanos, es también cierto que por la ineficacia, ambición y malas políticas hacendarias de los gobernantes en turno, en lugar de reducirse la pobreza, esta se ha multiplicado; lo poco que ya de por sí se destinaba a obras sociales y el combate a la pobreza se recorta cada vez más y la población empeora, por lo que se hace cada vez más urgente e impostergable resolver el problema de la pobreza de raíz, atacando las verdaderas causas, y una de éstas es poner el poder en manos del pueblo y nos preparamos para eso.
Por esta razón, el próximo 15 de enero, los antorchistas de la entidad nos aprestamos a festejar con música y bailes y con la presencia de nuestros invitados de lujo como los dirigentes del regional centro –Estado de México, Ciudad de México, Hidalgo y Morelos- y desde luego de nuestro dirigente nacional, el Ing. Córdova Morán, 26 años de trabajo y de lucha en favor de las clases más marginadas y desprotegidas del estado, a partir de las 11 de la mañana al que el pueblo de Querétaro está cordialmente invitado.