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El asunto de Sociedad Independiente
Vicente Pérez Peñaflor
En 2012 es evidente que el Gobernador Calzada tiene una muy buena imagen social; sin embargo resalta que no es el caso de alcaldes y funcionarios priístas que no tuvieron una buena gestión. Se perdieron municipios importantes y se ganó la zona rural del Estado. En el balance pese a que el PRI ganó el Municipio de Querétaro, debido a circunstancias creadas en torno a Armando Rivera, pero fue derrotado en zonas muy importantes, no logró la mayoría simple en el Congreso y solo pudo ganar por sí mismo un Distrito Federal Electoral de los 4 en Querétaro.
Una de las grandes debilidades del PRI es que los militantes quieren repetir los patrones de hacer gobierno que se hacían antes de la derrota electoral de 1997. Muchos de los militantes, operadores y líderes del tricolor quieren jugar bajo las reglas de un partido hegemónico como lo es Veracruz o Estado de México, cuando las circunstancias en Querétaro son de alta competencia electoral en prácticamente todo el estado con el PAN.
Aunado a esto, se nota un corto circuito entre los nuevos militantes que se integraron al partido en el 2009, en el que dan a notar su falta de experiencia y oficio político en el trabajo electoral y aquellos viejos militantes, que sí cuentan con el oficio y la experiencia, pero que son identificados por la ciudadanía como el PRI dinosáurico y autoritario.
Esto es parte del diagnóstico que se entregó al entonces gobernador José Calzada Rovirosa en marzo de 2013, después de los resultados electorales de ese año, nada grato para el tricolor. A pesar de que se recuperó la capital, no fueron los números que el priismo nacional esperaba, poniendo mal parado al mandatario estatal.
Dicho documento, titulado “Ventajas de un Partido Estatal”, solo era del conocimiento del gobernador, del secretario de Gobierno, Jorge López-Portillo Tostado, del flamante alcalde de la capital queretana Roberto Loyola Vera y… María Concepción Herrera Martínez.
La inclusión de la dirigente de Alianza Ciudadana, no fue gratuita: había un interés esencial de fortalecer el proyecto de Pepe Calzada hacía una posible candidatura tricolor por la Presidencia de la República y crear un partido político estatal, que sirviera de contenedor al descontento ciudadano sobre las decisiones del priismo en sus acciones de gobierno. Pero no podía aliarse con el PANAL ni con el Verde, pues su fama de paleros del PRI, es conocida; crear una agrupación política con personajes de pasado tricolor, tampoco era opción. Entonces la primera asociación política estatal, Alianza Ciudadana, antes Campesina, era la fachada perfecta.
Empero, el fin no era canalizar el enojo ciudadano con una propuesta política fresca, sino evitar que se convirtiera en sufragios para el Partido Acción Nacional, además de usar el partido político estatal para atacar a los candidatos blanquiazules.
Cabe aclarar que no fue propuesta del primer mandatario tricolor o sus asesores, sino de María Concepción Herrera Martínez, o Connie Herrera, como le gusta que le llamen y nombren.
Esta es la historia de un intento fallido.
Alianza somos todos
Gracias al trabajo ciudadano, María Concepción Herrera logró formar la primera asociación política estatal de Querétaro en 2008: Alianza Campesina. Sin embargo, este trabajo no reflejó ganancia política alguna para Herrera Martínez, que apostó a la candidatura del panista Manuel González Valle, aunque las señales e inercias electorales marcaban que el ganador sería José Calzada. “Manuel va a ganar porque el PAN es una marca posicionada y ganadora”, replicaba al cuestionarle sobre su pericia política.
Ganó Calzada Rovirosa y ella con el marbete de traidora, a pesar que es militante priista, pero documentaron gráficamente los seguidores calzadistas a sus hijos Christian y Christopher participando activamente en la campaña del candidato panista.
A pesar de los acercamientos que buscó, los miembros del gabinete calzadista no tenían interés de tener tratos con quien consideraban traidora.
Comenzó a tender puentes con la hermana del primer mandatario estatal, Teresa Calzada, haciendo “méritos” para lograr que Casa de la Corregidora le diera audiencia.
Mientras tanto las cosas en la agrupación no estaban bien: antes que se otorgara el registro, contaba en cada municipio con una casa de enlace para canalizar las inquietudes y ser el puente con el gobierno. A partir de finales del 2009, cerraron todas y los liderazgos se dispersaron por diversas razones.
Se puede especular que fue venganza de Calzada contra María Concepción por operar en su contra. Nada cierto, el motivo fue más simple: ya no había dinero para sostener las casas y su operación. Ya no recibía recursos millonarios de la secretaría de Desarrollo Agropecuario, que alguna vez le canalizó Héctor Samuel Lugo Chávez.
De hecho, el principal detonante para el alejamiento de varios liderazgos fue la propuesta de nuevos esquemas de autofinanciamiento de parte de ellos y gritaba, ya en la desesperación: “¡yo pagué Alianza, es mía!”. Obvio, varios se alejaron con esa actitud y otros, porque ya no les pagaba. Así de simple.
Para aligerar un poco la loza, cambiaron la denominación de Campesina a Ciudadana. Pero sin agremiados y sin líderes, como en el inicio.
Así fueron los dos siguientes años. En 2011, por fin, tuvo audiencia con el gobernador y platicaron por alrededor de una hora. Ella salió emocionada porque dio a entender que Pepe la había perdonado y aclararon todos los malentendidos surgidos en la campaña de 2009.
De ahí, hubo la apertura para trabajar y para un objetivo muy claro: recuperar la capital del estado para Roberto Loyola Vera y de ahí, comenzar a construir el proyecto del 2015 pintado de rojo. Operó junto con Teresita Calzada en la campaña de 2012, para atacar al candidato blanquiazul, Armando Rivera Castillejos, y resultó en un triunfo para el PRI, y aunque su trabajo fue más mediático que efectivo, mostró que puede servir para cualquier fin, sea ético o no.
Con eso, como muchos actores políticos y periodistas, fue perdonada por el gobernador.
Sociedad Independiente
Para el gobierno de José Calzada, los resultados electorales del 2012 fueron un total fracaso. De las cuatro diputaciones federales, sólo se logró una; de las tres senadurías en disputa, solo una se alcanzó y fue de primera minoría; aunque se arrebató el Atalaya panista: la capital queretana; se perdieron los municipios de Corregidora y El Marqués; pese a que retuvieron San Juan del Río y Pedro Escobedo, la sombra del fraude y el triunfo legaloide cubrió a sus candidatos. Caso contrario, la unción al senado de Francisco Domínguez Servién, lo convirtió en el rival a vencer para Casa de la Corregidora y un panismo que, como perro rabioso, estaba dispuesto a luchar en cualquier arena con el PRI para regresar en 2015.
Enviados del PRI nacional, recabaron información y analizaron el por qué, un gobernador con alta popularidad, no arrasó el estado. El informe fue amplio y llegó a la conclusión de que en Querétaro, el ciudadano rechaza cualquier viso de autoritarismo y se refleja en la urna; ya que las características del queretano es “no tener palabra en cuestiones electorales, ya que está consciente de su poder a la hora de emitir su voto y aunque lo traten bien, sus dinámicas se basan en simpatías y rencores, no en efectividad en actos de gobierno”.
El documento -Sin Permiso cuenta con una copia- señala que “las acciones de gobierno de su equipo más cercano, permitieron el desorden administrativo y ocurrencias sin mayor ganancia electoral. Soluciones, el programa estrella de la administración del Gobernador José Calzada, no obtuvo el efecto deseado más allá de lo propagandístico, pero no reflejó votos”.
La sugerencia del estudio para que el PRI retuviera el poder en Querétaro en 2015 fue: “Dependiendo de las circunstancias del trabajo del Presidente Enrique Peña Nieto, el Partido Revolucionario Institucional en Querétaro es pobre y su estructura electoral inexistente. El fenómeno Pepe Calzada se agotó y es indispensable el apoyo de actores políticos ajenos al partido, reconocer y retomar liderazgos olvidados y crear un partido estatal que sirva como captador del voto antipri”.
En reunión, Calzada y su secretario de Gobierno, Jorge López-Portillo Tostado, analizaron el informe que pintaba un panorama nublado para las aspiraciones más allá de Querétaro para el primero. Pensaron en María Concepción Herrera como uno de los liderazgos a captar y de ahí, trabajar para 2015.
Ella manifestafa en charlas de café, su intención de convertir la asociación política en partido estatal, pero el alejamiento de liderazgos y los problemas económicos pospusieron el proyecto. Recibió una llamada de parte de López-Portillo para que acudiera a su oficina. Solícita, aceptó y acudió con una propuesta llamada “Sociedad Independiente”.
El partido que no nació
María Concepción Herrera platicó de muchas cosas y ella tocó el tema: “Queremos ayudar al gobernador Pepe Calzada y te propongo que hagamos un partido político estatal. Con la marca de Pepe y con un partido político estatal que le ayude, podemos llegar en grande”. Al secretario le agradó la idea y dijo que lo pusiera en un proyecto para discutirlo, cuanto costaría y a quienes se podría captar para el proyecto 2015.
Se fue directo a construir el proyecto. Sin embargo, el cerebro gris y constructor de la asociación política, Cesar Zafra Urbina, le argumentó desde un principio que no se podía poner al servicio de terceros la iniciativa de un partido político estatal, ya que desvirtuaría los orígenes que dieron nacimiento a la organización. Tuvieron enfrentamientos muy fuertes, ya que el objetivo de ella era obtener recursos económicos para solventar su economía familiar, captar liderazgos panistas descontentos con los liderazgos de Pancho Domínguez y Ricardo Anaya, para que operaran en contra del PAN y mermarle su votación, poner al servicio de Calzada y López-Portillo el instituto político a su conveniencia.
Zafra, se opuso y argumentó el por qué, pero ante la necedad de Herrera Martínez, optó por alejarse de la aventura. Nunca estuvo dispuesto a poner el trabajo de más de diez años al servicio de un grupo que no se caracteriza por cumplir acuerdos.
Ella siguió adelante y lo presentó.
Páginas y páginas argumentando las ventajas de un partido político estatal. La idea central era la siguiente: con bandera ciudadana, presentar al primer partido político estatal de Querétaro, con María Concepción al frente, como opción diferente de los partidos políticos tradicionales.
Entregó el proyecto a López-Portillo. Tuvieron varias reuniones el secretario de Gobierno y el gobernador Calzada para discutir el tema, que les parecía importante y los plazos para entregar la solicitud al Instituto Electoral de Querétaro (IEQ), estaban por fenecer.
Sin embargo, dos temas eran la piedra en el camino: el financiamiento y la viabilidad de que sus liderazgos pudieran sortear las asambleas exigidas por el IEQ. En el primero, ella pedía 20 millones y Jorge López Portillo le ofrecía nueve. Todo era cuestión de regateos.
Pudieron llegar a un acuerdo monetario si no le hubieran entregado al secretario de Gobierno un informe sobre los liderazgos con que ella contaba.
En el documento, se informaba que “Connie Herrera, salvo presencia minúscula en Tolimán y algún grupo en El Marqués, no cuenta con liderazgos ni militantes duros que hagan diferencia en lo electoral. De los 35 mil afiliados que cuenta su padrón, la gran mayoría están trabajando para Acción Nacional o no están involucrados en el quehacer político”.
El documento fue devastador, pues desnudaba el espejismo de su organización, como un fantasma que nadie ve ni nadie sabe que existió.
Al informarle esto al gobernador, ni siquiera se discutió el tema y se abortó el proyecto.
Nunca le informaron a María Concepción los motivos, sino dejaron pasar el tiempo y los plazos. Ella quiso engañarlos con una fuerza que no tuvo -ni tiene- y la castigaron con el silencio.
Trató de buscarlos y presionarlos con la cantaleta que había panistas que estaban interesados en el partido político, pero no le creyeron más en sus patrañas.
Dado esto, ella buscó una cita con el secretario particular de Roberto Loyola Vera, Marco Antonio Álvarez Malo Labastida.
Pero, esa es otra historia… más allá de la televisión.
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