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Fantasmagóricos malandros; otros de carne y hueso

By en junio 5, 2015

José Luis Camargo R.

Llaman la atención, las presuntas ligas del candidato panista a la gubernatura, Francisco Domínguez Servíen, con un fantasmagórico ser que ni siquiera sus malquerientes se ponen de acuerdo en el nombre para invocarlo.

De seguro, por eso ¡no les da luz!

Unos lo invocan gimiendo “Kors”.

Otros desean a “Cors”.

Hay quienes anhelan ser posesos de “Kurs”.

En el colmo del delirio, leemos, y escuchamos, a despistados alucinando, que es “Cours”, el personaje imaginario que en un acto de bohonomía, nada más porque posee el cofre del pirata, entregará “seis kilos” mensuales a quien busca gobernar a los queretanos.

¡Ah! Y para no pecar de mezquino, también lo hará con el aspirante azul a mandar en la parte sur de Baja California, Carlos Mendoza Davis.

Compañeros reporteros de otros lugares, me preguntan por el etéreo señor que su apellido inicia con la “k” o la “c”, pero alguien, un tijuanense, me cuestionó, qué trato tiene un personaje, éste sí de carne y hueso, llamado Javier Alvarez Malo Labastida, con la clase política queretana.

Lo ignoro.

Mi colega, abundó diciendo que alguien con ese nombre, fue procesado por delitos contra la salud en aquella ciudad.

Otro compañero de mil batallas, refrescó mi memoria, preguntándome qué ha sucedido con Francisco José Briseño López, quien se desempeñó como secretario particular de dos gobernadores queretanos.

Uno llamado Antonio Calzada Urquiza, de profesión arquitecto y benefactor de jovencillos.

Otro, José Eduardo Calzada Rovirosa.

Su vástago.

De Briseño López, unos dicen que fue detenido en San Luis Potosí, cuando se dirigía a reunirse con su jefe, Pepe Calzada, a Ciudad Juárez, dónde el último era administrador de la aduana -época en que los capos mandaban y quisieron invertir en Querétaro- y unos más dicen que fue en la ciudad fronteriza.

Lo cierto, es que Briseño López purgó una condena por delitos contra la salud.

¿Y Germán Goyeneche?

Queretano de prosapia, aliado de Ricardo Astudillo, principal soporte de Roberto Loyola Vera, quien fue capturado junto al “capo di tutti cappi” del cártel sinaloense Héctor Beltrán Leyva, (a) “El H”, ¿quién lo quiere recordar?

¿Será que, como financiero de los malandros, sabe bien aceitar la maquinaria?

¿O sabe mucho de líneas y pacas, y por eso periodistas queretanos callan?

Señor, Cous, con “hache”, con “ka”, con “cé” o hasta con “ese”, como se llame, si existe, aceite parejo hetairos del periodismo.

Para que no lo invoquen en aquelarres.

Despreocúpese de quienes informamos.

Sean los aludidos, quienes respondan.

Espero, no atendiendo consejos de impostores del periodismo, que medran con la piel de hormiga de nuestros gobernantes.

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