Jorgito, el berrinchudo traicionero

José Luis Camargo R.

¿Cuántas traiciones y deslealtades suma en su vida Jorge Arturo Lomelí Noriega?

Quizá responda él mismo, que tantas como los ceros de sus cuentas bancarias y el valor de sus propiedades.

La hipocresia es su divisa.

Antes, se tardó en mostrar de nueva cuenta su verdadera cara.

Creo que pocos se sorprendieron con esta última traición del ambicioso diputado local.

El pastor evangélico tiene, sin embargo, astucia.

Sabe vender, y muy bien, sueños de opio y cuentas de vidrio.

Hoy, lo sorprendente, es que haya embaucado a quienes ya traicionó una vez: los priistas.

Desesperado por mantenerse pegado a la ubre presupuestal, quien se dice poseedor de un “corazón perdonador”, no perdonó que el partido que utilizó para amasar poder e incrementar su fortuna, haya designado a Lupe García su abanderado en El Marqués para la alcaldía.

Mucho menos, que su hija Erika fuera desechada como integrante de la planilla de regidores que acompaña al diputado federal nacido en El Colorado.

Hay una fábula que pinta de cuerpo entero al oaxaqueño.

Ante un río crecido, un alacrán quería cruzar al otro lado. Una ranita lo iba a hacer, y ante la insistencia cedió e hizo a un lado el temor de ser atacado por el arácnido, permitiendo que la montara.

Cuando iban a mitad del río, el alacrán clavó su aguijón en el cuerpo del anfibio, y al preguntar el batracio el por qué, recibió como respuesta: perdóname, pero es mi naturaleza.

Eso le pasó al panismo queretano.

Fueron los llamados duros, quienes le dieron alas a este alacrán.

Desde 2003, el entonces candidato a la alcaldía marquesina, José Gómez Güémez se los advirtió.

En 2006 chantajeó al partido que lo cobijo, con irse a Convergencia Ciudadana sino le daban la candidatura a presidente municipal.

Olvidaron los panistas, neos y duros, que Jorge salió de las filas rojas, transitó al negocio llamado PARM, cachondeó con naranjas, verdes, perredistas, siempre en forma casquivana.

Tres años más tarde, en 2009, fue impuesto, gracias a sus chantajes y labia, como candidato a su mayor codicia: la alcaldía.

Entonces recibió millonarios apoyos de la iniciativa privada, los cuales guardó para sí.

El repudio de la ciudadanía se freflejó en las urnas y pese a que su antecesor hizo un buen gobierno, AN perdió esa posición.

En 2012, compitió en una interna y la militancia panista en El Marqués le mostró nuevamente su rechazo.

Cual serpiente, hipnotizó a la dirigencia en turno y se colgó de Enrique Vega Carriles y Lupe García, para llegar de nueva cuenta a Casa Mota.

Siendo presidente de la Mesa Directiva, confían personas cercanas a él, pactó con José Calzada para trabajar por y para el Revolucionario Insitucional.

Lomelí Noriega aún así maniobró, chantajeó y pataleó para concretar su ambición.

De nueva cuenta fue repudiado.

Hoy, apestado, recibe cobijo de los priistas.

Seguramente se arrepentirán, pues como lo ha señalado mi compañero de portal, Emiliano Gonzaga, hace mucho daño a las candidaturas de Mario Calzada y Roberto Loyola.

Los priistas, se echaron un alacrán a la bolsa.

Empero no solo a politicos ha seducido, también ciudadanos de a pie han sido birlados por el pastor evangélico.
La anécdota lo pinta de cuerpo entero:

Siendo Paco Garrido candidato a gobernador, Jorge invitó a un cantante llamado Nicolás a comer en su casa localizada en un fraccionamiento por el rumbo de avenida Industrialización.

No le dijo quién era el invitado de verdad.

Al terminar de comer, le acercó una guitarra al trovador y le ordenó que complaciera al hoy exgobernador con sus melodías favorita.

Al concluir la velada entrada la noche, Nico le pidió a quien quizá con ese acto zalamero se ganó la candidatura a diputado, lo gratificara, pues cantar le ayudaba a solventar sus gastos, éste le respondió que cuando estuviera en el gobierno le daría un buen empleo.

Llegó a Casa Mota y jamás lo recibió o respondió a sus llamadas telefónicas.

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