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La nueva de Jorgito, el megalómano
Cual animal herido, Jorge Lomelí está apostando su resto en esta elección. Sabe que su regreso al PAN es imposible, que en el PVEM quedo mal, que Nueva Alianza no quiere saber de él y que en el PRI le han perdido la confianza.
Mario Calzada no quiere saber del panista reconvertido a priista. La foto con la gorra fue una exigencia del candidato tricolor porque hace tiempo que le perdió la confianza. Roberto también. Dejaron de aceptar su doble juego con el PRI y con el PAN. Le pusieron la gorra y lo balconearon los priístas. Buscaban que se definiera de una vez por todas, que dejara la simulación que lo caracteriza.
Dicen los que lo han abandonado, que hay ocho millones de razones para que Mario y Roberto le exijan resultados. Les prometio miles de votos, y les ha entregado una decena de grupos con no más de 15 integrantes.
Al verse acorralado, Jorge empezó a utilizar la amenaza en contra de los panistas que no lo siguieron en su aventura con el PRI. No le dio resultado. Ahora la estrategia es más arriesgada y, en el intento, se lleva por delante al inquilino de 5 de mayo y Pasteur.
Jorge recorre las comunidades confundiendo a los liderazgos. El Marqués está negociado, Pepe no puede permitir que su primo pierda la elección. Ya pactó el triunfo de Mario. Ese es el mensaje desesperado de Jorge y sus operadores.
Va en contra de toda lógica, pensar que el Poder Ejecutivo del estado está detrás de una operación gubernamental para beneficiar a un familiar. Eso sería muy grave, como grave e inexplicable es que el PAN, su dirigencia estatal, no hagan nada por frenar el daño que Lomelí le hace al partido en El Marqués.
Con el mensaje por delante de “sigo siendo panista pero esta vez voy a apoyar a un amigo” el diputado local va en busca de los miembros activos a quienes confunde y amenaza.
Mario ya entendió que compró algo muy caro y no lo ha recibido. Jorge sabe que el triunfo del PAN en El Marqués y en el estado pondría fin a su carrera política y que en el PRI no lo quieren porque les mintió, porque no ha cumplido lo que prometió, porque los miles de votos que ofreció no aparecen por ningún lado.
En su desesperación, ha llegado al grado de decir que el primo favorito está blindado, que el gobernador ya pactó su triunfo y que para el PAN El Marqués está perdido, que antes pierde Roberto Loyola Querétaro, que Mario El Marqués.
Una jugada arriesgada, una jugada desesperada, una jugada que, de no ser porque la propia campaña de Mario contradice, podría darle resultado al panista converso. Mario sabe que no avanza, por eso visita molinos y escuelas, en los molinos paga la molienda, en las escuelas ofrece el oro y el moro a las mismas mujeres que nunca quizo recibir como como regidor de Ruben Galicia, el mal recordado presidente municipal que entregó una administración desastrosa.
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