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Los nexos de Amado Carrillo en Querétaro
El señor de los cielos –“desaparecido” hace casi 18 años–, dadas sus ligas con prominentes políticos de primer nivel, estuvo a punto de comprar el estadio Corregidora de Querétaro, según se desprende de las declaraciones de un testigo protegido.
David Casco Sosa
david_casco@yahoo.com.mx
Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos, líder del cártel de Juárez, oficialmente muerto hace casi 18 años, tras someterse a una cirugía plástica el 4 de julio de 1997 –en el hospital Santa Mónica, de la ciudad de México–, fue en su momento el capo más importante del país.
Y para alcanzar su auge contó con protección de altos vuelos. Lo mismo de gobernadores que de jefes policiacos. Así logró levantar su imperio de drogas que, a la fecha de su muerte, era el más importante y poderoso de México.
Se sabe que el capo del cártel de Juárez mantenía amistad con los entonces gobernadores de Yucatán y Nuevo León, así como con los mandatarios de Morelos, Campeche y Chihuahua, e intentó realizar grandes inversiones en Querétaro, entidad donde tuvo acercamientos con Enrique Burgos García para comprar bienes inmuebles, según consta en documentos ministeriales a los cuales tuvo acceso el reportero.
Así, se desprende que Amado Carrillo Fuentes era amigo de varios gobernadores y gozaba de su protección. Incluso con algunos mandatarios y ex mandatarios realizó negocios, e intentó comprar el estadio de futbol Corregidora, de Querétaro.
Entre los mandatarios estatales en funciones que le brindaron protección al líder del cártel de Juárez figuraban en forma destacada Víctor Manuel Cervera Pacheco, mandatario de Yucatán, y el panista Fernando Canales Clariond, de Nuevo León.
En la averiguación previa PGR/UEDO/067/98, radicada en el Juzgado Tercero de Distrito en la ciudad de México, se mencionan a otros políticos, como Jorge Carrillo Olea, ex gobernador de Morelos; Carlos Salomón Azar, ex jefe del ejecutivo estatal de Campeche, y Francisco Barrio Terrazas, quien se desempeñó como gobernador blanquiazul en Chihuahua.
Las declaraciones sobre la amistad y protección que le brindaban gobernadores y ex gobernadores a Carrillo Fuentes, confirmaron las relaciones de algunos mandatarios que habían negado sus vínculos con el gang de las drogas, como fue el caso de Cervera Pacheco.
En los documentos oficiales de marras, también se detallan las negociaciones entre El señor de los cielos y el entonces gobernador de Querétaro, Enrique Burgos García, para adquirir el estadio Corregidora y 16 hectáreas de tierras aledañas, así como los presuntos abusos del entonces mandatario de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas, quien se excedía pidiéndole fuertes sumas de dinero, lo que molestó al narcotraficante.
De la mano de los políticos mencionados, siempre hubo también policías federales y estatales al servicio del capo.
Las declaraciones y acusaciones fueron hechas en diversas ocasiones ante el agente del Ministerio Público Federal, Herbé Ponciano Mukul Cen, por José Tomás Colsa McGregor, testigo protegido de acuerdo a los beneficios de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.
Dichas declaraciones fueron ratificadas en varias ocasiones por Colsa McGregor –amigo cercanísimo del capo y su joyero de cabecera–, según las actas revisadas y, de acuerdo a Mariano Herrán Salvatti, entonces titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud, fueron indagadas a fondo.
Incluso “se menciona a prestanombres, banqueros y militares, que negociaban con Carrillo Fuentes sobre el tráfico de cocaína y el descenso de aviones cargados con drogas, operaciones en las que también participaba una importante infraestructura conformada por agentes de la Procuraduría General de la República, en especial de la Policía Judicial Federal, con Adrián Carrera Fuentes, ex jefe de esa corporación, al frente”.
ENRIQUE BURGOS, EL VENDEDOR
Las negociaciones que Amado Carrillo Fuentes realizó con el gobierno de Querétaro, encabezado en octubre de 1996 por Enrique Burgos García, se iniciaron a raíz de que José Tomás Colsa McGregor, quien era un joyero con estudios doctorales y con reconocimiento internacional, trasladó su residencia a la ciudad de México y posteriormente a Querétaro, ya que en San Juan del Río vivía uno de sus hermanos.
Colsa McGregor, amigo cercanísimo de Amado Carrillo, de acuerdo con la averiguación previa PGR/UEDO/067/98, asentó: “Casualmente a finales de octubre de 1996, se encuentra en San Juan del Río, Querétaro, con su compadre el general Leandro Rosado Ferrer, quien lo invitó a su casa en Tequisquiapan, Querétaro, en compañía de su esposa”.
Posteriormente, en esa reunión, el general Rosado Ferrer le comentó a Colsa McGregor que “es muy amigo del gobernador del estado (Enrique Burgos García), proponiéndole verlo con el propósito de ver qué negocio era posible realizar, por lo cual concretaron una cita al día siguiente con el gobernador Enrique Burgos, y fueron a verlo a su oficina que se ubica en la calle de (Francisco I.) Madero (número 70) de la ciudad de Querétaro”. (Averiguación previa PGR/UEDO/067/98. Facsímil.)
Tomás Colsa refirió que en ese lugar mantuvieron una plática con el gobernador Enrique Burgos, el cual les comentó que se encontraba interesado en la venta de varios inmuebles, propiedad del gobierno del estado de Querétaro, tales como el estadio de futbol Corregidora, varias haciendas y hoteles, la antigua Central Camionera y otros inmuebles, que tenía para su venta una inmobiliaria denominada “Cronos”.
El testigo protegido dijo en su momento que “el fin de comercializar dichos bienes, era para efecto de bajar la deuda interna del estado”, y agregó que “el gobernador Enrique Burgos García le comentó que, sobre el estadio de futbol, ya estaba cansado de ver a tanta gente que había hecho propuestas y no cumplían nada”.
Por tal motivo, el 15 de noviembre de 1996, Colsa McGregor entabló comunicación con Martha Carrillo Fuentes, hermana de El señor de los cielos, con la finalidad de localizar a éste e informarle que era posible hacer negocios en Querétaro.
De acuerdo al documento, Martha le pasó el recado a su consanguíneo y éste se comunicó posteriormente con Colsa McGregor, “manifestándole que le enviaría a una persona de su parte, siendo el señor Donaciano Carrillo, tío de Amado Carrillo, por lo que poco tiempo después Donaciano Carrillo, efectivamente, se entrevistó con el declarante y le expuso la oferta que el Gobierno de Querétaro tenía para la venta de unas propiedades, principalmente el estadio de futbol Corregidora”.
Donaciano Carrillo, detalló Colsa McGregor, “me solicitó los planos correspondientes a este inmueble (el estadio Corregidora), el cual tiene 16 hectáreas anexas al mismo, por lo cual, al estudiar todo esto Donaciano Carrillo, le indicó que estaba interesado en el inmueble, y el emitente le entregó los planos y le dijo el precio, cuyo valor era de 45 millones de dólares. Todo esto con el fin de que le hiciera llegar la información a Amado Carrillo Fuentes.
“Donaciano le indicó que en ocho días resolvería si Amado Carrillo estaba interesado o no. A los ocho días regresó Donaciano y le comentó a Colsa McGregor que sí le interesaba a Amado Carrillo realizar el negocio sobre el estadio de futbol, por lo que el emitente (José Tomás Colsa) le comentó que ya tenía seis hectáreas más y que el precio había bajado en 60 por ciento menos del costo pactado”.
Donaciano le pidió a José Tomás que comenzara a hacer los trámites para la compra del estadio de futbol. Mientras, él iría por el dinero para formalizar la compraventa.
Colsa McGregor también declaró en la PGR que “a los dos días siguientes de que habló con Donaciano, el narcotraficante Amado Carrillo Fuentes le habló por teléfono para que hiciera todos los trámites correspondientes para la compra del estadio, incluyendo la carta de intención de compra, y que se aprobara la operación por parte del comité técnico de venta de los bienes que tiene a su cargo Inmobiliaria ‘Cronos’.”
Tomás Colsa le dijo que él realizaría los trámites para que todo estuviera arreglado, y se comunicó con Gerardo Fernández, quien trabajaba en la empresa Concretos Presurizados, S. A., “persona a quien le comunicó la necesidad de tener un prestanombres para la compra del estadio, y de 22 hectáreas de terreno, aceptando este sujeto (Gerardo Fernández), ya que el estado en que se encuentran sus empresas era delicado económicamente, por la crisis de la fallida construcción de carreteras en el estado de Guanajuato”.
“NO HAY PROBLEMA EN QUE EL DINERO PROVENGA DEL NARCO”
Se lee en la declaración ministerial:
“Poco antes de que firmara la carta de aceptación el Gobierno de Querétaro para la venta del estadio, José Tomás tuvo una plática con el gobernador Enrique Burgos, en donde le comentó la falta de liquidez que existía en el país, y que era probable que el dinero para la compra del estadio pudiera venir del narcotráfico”.
Sin embargo, eso pareció no importarle mucho al entonces mandatario queretano, quien contestó “que no había problema”, por lo que posteriormente le entregaron a Colsa McGregor la carta del Gobierno y del comité técnico, “sin limitarle en el tiempo en el cual se podría realizar la compraventa”.
Pero los problemas surgieron. Para el 15 de diciembre de 1996 Amado Carrillo era perseguido por las autoridades mexicanas y estadounidenses, y el capo tuvo un problema en el vecino país, donde le decomisaron varios millones de dólares.
El testigo protegido explicó en sus declaraciones que por ese motivo el tío del capo se comunicó con él, y le manifestó que debía retrasar la venta del inmueble, pero que era real el interés de invertir en Querétaro, “porque Amado Carrillo Fuentes era muy amigo del candidato a la gubernatura de esa entidad de nombre Fernando Ortiz Arana, y que había posibilidades de que fuera gobernador”. (David Casco. “Gobernadores, ex mandatarios y políticos protegieron a Amado Carrillo”, Semanario Quehacer Político, núm. 935, 7 de agosto de 1999, pp. 6-11.)
Debido a este retraso, el joyero se comunicó con Miguel Venegas y Miguel Osorio, “quienes son dueños de una inmobiliaria de la cual no recuerda su nombre y que tiene intereses económicos en Querétaro, quienes le comentaron que tenían un cliente para la compra del estadio de futbol La Corregidora y de los terrenos, siendo ese cliente un grupo televisivo, mediante un intermediario”.
Entre el 19 y 20 de diciembre de 1996, el jefe del cártel de Juárez visitó a Colsa McGregor en su casa de Querétaro, y Amado le comentó “que estaba muy interesado en la compra del estadio de futbol, ya que había analizado la operación y sus consejeros le habían manifestado la conveniencia de hacer la compraventa”.
Sin embargo, el capo le dio instrucciones para retrasar la operación para otro momento más conveniente.
Pero los problemas con la justicia continuaron y salieron a la luz pública los nexos del general Gutiérrez Rebollo con el cártel de Juárez, motivando la publicación de los nombres de Jorge Carrillo Olea y otros gobernadores, a lo que Donaciano explicó que era muy importante “que Colsa consiguiera la cita formal con las autoridades de Querétaro para entregar el anticipo del dinero para la venta del estadio de futbol el viernes 28 de febrero de 1997”, cita que canceló el joyero.
De esta forma, la operación comercial nunca llegó a concretarse, pese al interés de ambas partes, pues el 4 de julio de 1997 el capo murió “oficialmente” en el hospital Santa Mónica de la ciudad de México.
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