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Megalómano en campaña

By en marzo 30, 2015

Emiliano Gonzaga

Su búsqueda por la presidencia municipal de El Marqués inició en el año 2000. Traicionó al PRI cuando no lo hizo candidato y utilizó las siglas del desaparecido Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM). En 2003 fue diputado local por el Partido Acción Nacional. En 2009, un acuerdo cupular lo hizo candidato a la presidencia municipal de El Marqués por Acción Nacional.

Perdió por soberbio y porque buena parte del dinero que muchos empresarios le dieron para su campaña fue a parar a sus cuentas personales y no a la estrategia para mantener el gobierno después de dos bien evaluadas administraciones panistas.

En buena parte, él es responsable directo del regreso del PRI al Marqués (2009-2012) y de las fechorías cometidas por el tristemente celebre Rubén Galicia y su equipo de colaboradores que, una vez más, vaciaron las arcas municipales, dejando una deuda de más de 300 millones de pesos.

Candidato designado en 2009, su megalomanía no ha podido superar que no lo hayan designado, nuevamente, en 2015. Desde entonces ha hecho de todo para descarrilar el muy factible triunfo de Acción Nacional en el municipio.

De todo, es todo. Si el no va a ser presidente municipal, el PAN no puede ganar El Marqués, en esa tarea ha comprometido recursos como no fue capaz de hacerlo cuando fue candidato en 2009. Su ambición no tiene limites. Megalómano como es, le ha vendido una historia de liderazgo y estructuras que no tiene a los oponentes de Acción Nacional.

Son sabidas sus reuniones “privadas” con Roberto Loyola y Mario Calzada. Al primero le asegura que lo apoya, al segundo le vendió una estructura que no tiene. Una estructura que trato de venderle primero al PAN, luego al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), al que también traicionó cuando éste ya le había comprometido la candidatura a la alcaldía y los recursos para la campaña. También coqueteó con el Partido Encuentro Social (PES) que encabeza Gustavo Buenrostro.

Ni Enrique Vega, ni Lupe García le compraron su liderazgo y estructura. No le creen. Busco a Pancho Domínguez. Intentó a través de éste un acuerdo por imposición con el candidato panista a la alcaldía, quería a su hija como regidora, tanto por la vía de mayoría como en la lista de plurinominales. A Mario Calzada le ofreció que perdiendo el PAN, su hija, como regidora plurinominal, sería su aliada en la autorización de cambios de uso de suelo.

Una vez más, el megalómano quedo al descubierto. Ni una sola posición buscó para su limitada estructura. Si había una posición en juego ésta sería para su hija, para nadie más. Esa decisión lo debilitó aun más con su ya muy reducido equipo. Buena parte de los liderazgos panistas que vende, le dieron la espalda cuando se enteraron que su promesa de estar en la boleta se iba a cumplir con un partido distinto de aquel en el que militan.

Mientras se entregaba con Roberto, negociaba con Pancho, finalmente el aspirante panista a la gubernatura se enteró de sus reuniones y de sus acuerdos, entre otras cosas, porque uno a uno sus colaboradores han ido abandonando el barco que navega en aguas azules pero con bandera tricolor.

Enrique no lo compró, Lupe tampoco, Pancho, que pensó hacerlo coordinador de su campaña en El Marqués, desistió de apoyarlo. El PVEM no quiere saber de él y el PARM ya no existe. Al político advenedizo sólo le queda una opción, aliarse con los enemigos para descarrilar un eventual triunfo panista, primero en El Marqués y, de paso, ayudar a Roberto Loyola que, en su desesperación, compra todo.

Dos muestras más de su traición. La semana pasada siguió pugnando, a través de Antonio Rangel, el mismo al que se acusó en días pasados de vender regidurías, porque su hija fuera designada candidata a diputada en El Marqués, en sustitución de Martín Flores Castañón.

Por otra parte, también la semana pasada, cuando la prudencia política indica que a punto de iniciar un proceso electoral, aparecer en una campaña aire en su municipio podría confundir a los electores, “se le ocurrió” montar sendos espectaculares en la autopista México-Querétaro para anunciar su segundo informe de actividades legislativas.

Esa decisión lo único que hace es confundir y beneficiar al PRI y a su candidato. No se entiende algo así de un político comprometidamente panista, pero tiene toda la lógica del político advenedizo aliado de Mario Calzada y Roberto Loyola.

Qué le dieron, qué le prometieron. Sólo ellos saben. Lo que no parecen entender quienes lo compraron es que quien traiciona una vez, traiciona mil veces. Se sentaba con Roberto y negociaba con Pancho y viceversa. Los operadores que lo han abandonado aseguran que la campaña negra del PRI en contra del PAN en el municipio del El Marqués es promovida y operada directamente por él.

Cómo ha logrado colarse con Roberto y con Mario. Al primero lo unen las viejas formas de hacer política. Ganar a cualquier precio. Aliados por conveniencia y punto. Al segundo, simplemente, lo embaucó. Una persona que desconoce el municipio y sus problemas, que lo visita cuando tiene ganas de jugar polo y que necesita un chofer para trasladarse por sus comunidades porque no sabe donde están, no puede resistir el “encanto” de un líder de papel que le promete la gloria destruyendo a sus enemigos. Además de la ambición por gobernar al municipio, a Mario y su megalómano socio los une la ofensiva costumbre de embadurnarse de gel antibacterial sus manos después de saludar a la gente humilde del municipio, en eso sí, ambos son totalmente palacio.

El santo y seña de sus tropelías ya lo sabe, usted póngale el nombre. Seguro ya lo identificó, en caso de que no fuera a sí, su espectacular está subiendo la cuesta china, de lado derecho, viendo a horizonte y llevando en brazos a una pequeña de condición humilde.

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