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Rebatiña por escombros rojos; Roberto, Pepe, Chucho, en la disputa
José Romero
Larga es la fila de prominentes, unos no tanto pero si muy deprimentes priistas, que acecha los restos del que -durante seis cortos años- fue el casi todopoderoso Partido Revolucionario Institucional en Querétaro.
Unos, los menos, con mérito, con blasones ganados en la batalla electoral; otros, esperanzados en la suerte que les pueda dar el padrinazgo de algún santón tricolor, vuelan cual aves de rapiña alrededor de los despojos, mismos que no tienen valor para la dirigencia nacional que encabeza César Camacho Quiroz.
Desde “Pepe Boy’s” hasta “Gordo Boy’s”, pasando por todas las camarillas, leemos y oímos a diario de quienes se asumen como salvadores, aunque algunos de ellos, hayan contribuido, por comisión o por omisión, a la debacle tricolor.
¿Nombres?
De manera anárquica, los enumero: Jesús Rodríguez, Juan José Ruiz, Ana Bertha Silva, Fabían Pineda, David Palacios, Enrique González, Conchita Sicilia, Alonso Landeros, Hugo Cabrera y, en el colmo del cinísmo…: Manuel Pozo, Marco Alvarez Malo y Roberto Loyola.
La fortaleza de todos ellos, es la desmemoria de sus pares.
¿Cuántas veces no, la militancia se ha arrodillado ante “la línea”?
¿Cuántas veces no, los militantes, los que hacen talacha, se han doblegado ante la disposicón de quién se apodera de las estructuras partidistas?
Esa, es la principal apuesta de quienes, como buitres, pelean subeptriciamente las prebendas que alcance su partido.
TIRIOS Y TROYANOS
En esta rebatiña, lo mismo vemos a militantes que sienten la causas en la piel, que oportunistas sin escrúpulos.
En voz baja, pues el producto de gallina siempre ha escaseado en el corral rojo, brillantes pero no por ello más valientes voces, lloriquean cuando piensan que Jesús Rodríguez y sus huestes se volverán a enquistar en la dirección estatal.
Saben que los aprendices de pandilleros liderados por Ibán Pérez Guzmán -Antonio “El Acapulco” Contreras, Julio Aguila y Juan Francisco “El Buches” García Muñoz, incondicionaldes “chuchistas”, y mediocres políticos, -Iban Guzmán no pudo ser director de Bachilleres al inicio de este sexenio por ignorante; “El Acapulco” usurpa la profesión de licenciado en Derecho- ya afilan los dientes para el incierto festín.
Estos últimos, puede afirmarse que tracionaron en el pasado proceso electoral a quien durante décadas, les ha dado cobijo.
Durante la pasada campaña, renegaron de su jefe político, para ponerse de hinojos ante Roberto Loyola Vera.
Hoy, cuando los cuervos rondan al maltrecho PRI, juegan a las dos cartas.
Tirios y troyanos buscan desesperados aferrarse a esa tablita de sobrevivencia que significan los recursos económicos que les dé el Instituto Electoral de Querétaro y el CEN.
Al día de hoy, nadie de quienes se disputan el exiguo botín, ha dicho cuál es su proyecto para reconstruir el organismo decadente.
La política, es lo de menos.











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