El regreso a clases semipresencial de universitarios se hizo como si la pandemia no hubiera desajustado el entorno de los estudiantes, señaló el profesor e investigador del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Carlos Contreras-Ibáñez.
Estudiantes de universidades se enfrentan a carencias económicas, dificultades emocionales, pérdidas de seres queridos, rezago educativo, problemas para trasladarse, entre otros.
No obstante, no ha habido políticas institucionales para dar cursos de regularización, seguimiento de tutores, ni apoyo a salud mental, dijo el investigador.
“Está totalmente descobijado el alumno, y haz de cuenta que no pasó nada, tú síguete derecho y eso claramente no va a funcionar, lo estamos viendo”, expresó Contreras-Ibáñez.
Dijo que hay alumnos que en la pandemia perdieron a sus papás o familiares que apoyaban su sustento, así como por la crisis económica, pues ahora tienen que trabajar para ayudar con los gastos en su casa.
Los alumnos de la UAM no saben qué van a hacer cuando regresen en julio en una modalidad presencial en su totalidad para poder seguir combinando estudio y trabajo, refirió.
Aunado a que los alumnos de nuevo ingreso no tienen el nivel de universidad que se requiere debido a las clases virtuales, no hay capacidad para redactar un párrafo correctamente y se van quedando, dijo.
Los que ya iban más avanzados tienen problemas porque no pudieron poner en práctica sus conocimientos, como en Psicología.
En su experiencia como profesor, uno de cada diez abandona la institución o pospone materias al verse rebasados por el rezago académico, la situación económica o porque deben cuidar a alguien, y se van quedando en el camino.
Sergio Guijosa, estudiante de Historia en la UNAM, dejó el trabajo que había conseguido durante las clases en línea al regresar a la modalidad semipresencial.
Ahora gasta más y gana menos, pues sólo puede trabajar los fines de semana, señaló.
Dijo que sólo su mamá lo apoya con sus estudios por lo que trabaja en vacaciones y fines de semana, durante el confinamiento tuvo trabajo toda la semana lo que lo ayudó para sustentarse, pero renunció al volver a clases presenciales.
“Sí es un golpe económico: tengo que pagar pasajes, copias, libros y antes no, todo era en PDF porque las bibliotecas estaban cerradas”, confesó.
Tadeo Martínez, alumno de Pedagogía de la FES Acatlán de la UNAM, tarda más en llegar a su casa porque el transporte se demora más que antes de la pandemia, refirió.
Antes tardaba en llegar a su casa 25 o 35 minutos y ahora en 50, llega a su casa alrededor de las 22:00 horas lo cual le causa temor debido a que, de acuerdo con sus compañeros, ha habido más asaltos este semestre.
Uno de los problemas es que el programa de Sendero Seguro, del Gobierno del Estado de México y la UNAM para que camiones hagan rutas directas de la escuela al Metro es menos frecuente.
“El tiempo de traslado, la disponibilidad del transporte y la inseguridad en los mismos son algunas de las dificultades”, dijo.
Tristán del Río, alumno de Pedagogía de la UNAM, tuvo cuadros depresivos en el confinamiento por la pérdida de seres queridos por la pandemia de Covid-19 al grado de perder el interés por una carrera de la que no tenía duda de estudiar, contó.
Regresar a las aulas ha sido lo mejor porque puede convivir con más personas. “No podría ser más feliz”, expresó.
Actualmente va a terapia psicológica por el fallecimiento de un tío, su abuela paterna y una de sus mejores amigas, pero en la escuela no encontró apoyo de ese tipo, lamentó.
“No sé los demás, pero yo creo que sí debería ser importante un apoyo psicológico por lo menos nos canalizaran con quien podamos acudir”, señaló.
Para Sergio Zárate, la mayor dificultad que ha enfrentado es la disponibilidad del tiempo y las dificultades económicas que enfrentan los compañeros.
Él tuvo que trabajar debido a que el local que rentaba su mamá para sostenerse estuvo cerrado ya volvió a rentarse pero hay otros casos menos afortunados.
Como el de una de sus compañeras que dejará la escuela este semestre debido a que su mamá debía ser operada y su papá se quedó sin trabajo aunado a que no pudo acceder a una beca.