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Señales de alerta para el PRI en cuatro de doce gubernaturas
Imposiciones y la imagen de corrupción de gobernadores del tricolor como César Duarte, en Chihuahua; Miguel Alonso Reyes, en Zacatecas; Roberto Borge, en Quintana Roo; y Javier Duarte de Ochoa, en Veracruz, abonan en favor de los candidatos de la oposición, sin pasar inadvertido el abandono en que la dirigencia del tricolor ha dejado a su abanderada en Puebla, Blanca Alcalá
Expediente Ultra (www.expedienteultra.com)
Joaquín Herrera
En el arrancadero rumbo a los comicios de junio próximo, en el PRI dan como seguras ocho de las doce gubernaturas en juego. De lograrlo se acrecentarían sus expectativas para amarrar las elecciones presidenciales del 2018, pero verían esfumarse el carro completo que hubiera colocado a la punta de la sucesión a Los Pinos a su líder nacional, Manlio Fabio Beltrones, a quien las encuestas le colocan en franca desventaja frente a otros aspirantes.
En este 2016, el 52 por ciento de los votantes que decidirán la elección del Presidente, viven en las entidades con elección de junio próximo.
Los comicios de este 2016 incluyen 12 gobernadores, diputados y alcaldes, así como la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
Los líderes de los diez partidos políticos registrados a nivel nacional saben que no podrá tener muchas esperanzas la fuerza que no se posesione entre las tres primeras para pelear en las presidenciales del 2018.
De las doce gubernaturas en juego, más de la mitad son pan comido para el tricolor, pero a condición de saber mantenerse en ese número que ya tiene, sin morir en el intento por querer ganar más.
El mayor foco rojo -coincidentemente la Joya de la Corona de estas elecciones, por el número de electores-: Veracruz, en supuesto empate de la alianza PAN-PRD frente a la megaalianza PRI-PVEM-Panal-AVE.
Le sigue Zacatecas (con aparente empate a tres tercios: PRI-PVEM-Panal, PAN-PRD y Morena) así como Puebla, con empate técnico, con ventaja para el partido de Moreno Valle, el PAN y aliados PT, Panal y Compromiso por Puebla. Pero también los riesgos no son menores en Tlaxcala, Chihuahua y hasta en Oaxaca, donde su novel aspirante, Alejandro Murat no está siendo bien recibido porque en muchas regiones ni siquiera lo conocen.
El PRI necesitará agudeza para retener el poder en algunas de las entidades.
1.- AGUASCALIENTES: Aquí se disputan la gubernatura dos enemigos históricos, PRI y PAN, que se han alternado este cargo y las principales alcaldías en dos decenios.
El PAN logró la primera alternancia al derrotar al imbatible PRI con Felipe González (1998-2004) y refrendó el poder con Luis Armando Reynoso (2004-2010). Pero ya no le alcanzó para un tercer mandato (Reynoso enfrenta cargos de desviaciones de dineros y paró en prisión recientemente) y regresó el tricolor con Carlos Lozano, para el sexenio 2010-2016.
Al despegar la contienda ahora del 2016 Martín Orozco (PAN) lideraba hasta hace días. En la “encuesta” que se dio en forma de elecciones de diputados federales en 2015 para diputados federales, el blanquiazul logró 95 mil votos (números redondos) o el 31 por cient0 y el PRI, 87 mil o 28 por ciento. Asimismo sus aliados (PVEM, con 6.7 por ciento; Panal 7.25, y PT, 2.2.) juntaron el 14 por ciento del total.
Conforme a tres encuestas dadas a lo largo de marzo, el PAN mantuvo su calidad de favorito, pero según los priistas, Lorena Martínez, ex alcaldesa de la capital estatal de Aguascalientes, repuntó. Registraba una ventaja de tres a seis por ciento en las intenciones del voto.
Esto hace creer que “Lorena ya le dio la vuelta a las tendencias”, como escribe Martha Anaya (24 horas) en su Alhajero del 1 de abril reciente, entre otros observadores. En las tres semanas previas las encuestas recibidas por tricolores Lore y Martín empataban a 32 por ciento. Se estima que aún no hay nada para nadie y no se descarta que el PAN diera la sorpresa.
PAN PRESTA CANDIDATOS A PRD Y MORENA
2.- CHIHUAHUA.- La pugna se centra entre PRI y PAN. En tanto, PRD y Morena, tomaron a panistas renegados, como abanderados. Y el partido del Sol Azteca, deshoja la margarita si apoya a su candidato o sumarlo –“de facto”- a Javier Corral. No ven cómo atajar al tricolor.
Salvo un solo caso, en 1992-1998, en que logró la gubernatura el panista Francisco Barrio, ex alcalde de Ciudad Juárez, el estado ha sido priista de toda la vida hasta la fecha.
Esta vez el PAN lleva de abanderado al senador Javier Corral, célebre por su arrojo, incluso contra su propio partido y Enrique Serrano Escobar, que encabeza la mega alianza PRI-PEVEM-PANAL-PT.
Acción Nacional registra 25 por ciento de preferencias del voto (en elecciones federales de 2015) como segunda fuerza estatal, 10 puntos debajo del PRI, con 35 por ciento. Bueno, más lo que le aporte a este el PVEM, Panal y PT, que juntaron 14 por ciento de votación.
Le dejan a Javier Corral un escenario de 25 puntos de diferencia si el voto se repitiera en las elecciones de gobernador, alcaldes y diputados locales de ahora.
Lo peor: el PAN perdió la salida de su alcalde en Delicias, Jaime Beltrán del Río, quien al no ser candidato, pasó a serlo del PRD.
Y, lo que faltaba: la mano santa de Andrés Manuel echó abajo a su propio gallo, Víctor Quintana Silveyra, destapado a inicios del año. En rueda de prensa el tabasqueño dijo que mejor sería Francisco Javier Félix Muñoz el candidato de Morena a la Gubernatura del Estado.
¿De verdad, AMLO, el PAN y algunos perredistas, no están peleando sin ganas de ganar?
Enrique Serrano, quien llega con su 52 por ciento de votos con que ganó la presidencia municipal de Ciudad Juárez –que representa un tercio de votos para lograr la gubernatura- y va sin muchos baches en su camino, como se ve.
Habrá que ver si ese escenario sirve o reduce esperanzas al aspirante independiente, José Luis Barraza, que forma parte de la media docena de aspirantes que alienta el sector empresarial. “El Chacho» Barraza “uno de los empresarios más influyentes de México” -Revista Líderes Mexicanos dixit- trae un Doctor Honoris Causa por la Academia Mexicana de Derecho Internacional, fue presidente del Consejo Coordinador Empresarial en México (2004-2007) pero ¿le alcanzará para lograr la gubernatura, con mejor suerte que a su sucesor en el organismo cúpula, Gerardo Gutiérrez Candiani, con Oaxaca, que no llegó ni a candidato?
Empero, Enrique Serrano deberá bregar contra las acusaciones de corrupción –incluida la compra de un banco con recursos públicos— del gobernador César Duarte y el crecimiento en las encuestas del independiente, José Luis Barraza y el panista Javier Corral que busca promover una corriente ciudadana a su favor y de la que han hecho eco personajes como el fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas y otros dirigentes más del Sol Azteca.
COALICIÓN OPOSITORA SE DESINFLA
3.- DURANGO.- Esta entidad atajó la ola aliancista PAN-PRD de 2010. El tricolor Jorge Herrera Calera logró entonces la victoria con 46.9 por ciento de votos sobre la coalición PAN-PRD-MC y un partido local se ubicó en 44.4 por ciento. A seis años la misma coalición opositora (pero mermada, sin MC) redujo su dimensión al 27.3 por ciento contra el 45 por ciento para el PRI y aliados.
La contienda del PRI para retener la gubernatura es contra el exalcalde de la capital estatal, José Rosas Aispuro Torres (de la alianza opositora). Abandonó al PRI porque no lo hizo gobernador en 2010. Ahora, como senador, enfrenta al alcalde de Durango, con licencia, Esteban Villegas, de la alianza PRI-PVEM-Panal.
En tanto, el PT -aliado tricolor en algunas justas de este 2016- va por separado con candidato propio. Se cree que incidirá –obvio- en merma de votos antipriístas, en perjuicio de la alianza opositora.
Por su parte, Morena, se ubica en 5.1 por ciento (que logró en las elecciones federales de 2015 para diputados). Se supone que su votación será otro factor que merme el voto antipriista.
4.-HIDALGO.- Aquí arrancan cinco aspirantes en la batalla por la gubernatura; lidera en intenciones del voto Omar Fayad, del PRI, con entre 15 y 19 puntos porcentuales. En elecciones de 2015, su partido obtuvo carro completo.
Este candidato, sin embargo, está recorriendo todo rincón del estado.
Como no se dio la alianza PAN-PRD, a Fayad le compiten por separado dos candidatos con antecedentes penales:
1.-Por el PRD, José Guadarrama, acusado (entre otras voces, por Cuauhtémoc Cárdenas) de haber participado en la muerte de decenas de perredistas (incluidos dos de sus expertos electorales) con lo que se debilitó su victoria en la campaña presidencial de 1988) pero eso no obsta. El PRD sumó a sus filas a Guadarrama y lo ha propuesto por tercera vez al gobierno estatal, además de darle oportunidad en otras contiendas.
2.- Francisco Javier Berganza, cantante en los años ochentas, acusado de violación. Escapó de la prisión con un amparo y trucos legaloides. Berganza ha militado en el PAN, el PRI y en Convergencia y nuevamente en el PAN. Sin figuras aquí, esta fuerza política lo ubica como su única posibilidad, sin muchas esperanzas.
El priista Omar Fayad, quien va por la coalición Un Hidalgo con Rumbo (PRI-PVEM-PANAL) propone tecnificar el campo estatal. Con base en su experiencia como titular de educación, agricultura y desarrollo social en diversas etapas, dialoga sobre cómo quieren oportunidades de empleo (propone subsidio en efectivo a desocupados en el primer empleo) salud (médico en casa y hospital móviles hasta el último rincón) y educación (Internet a toda escuela; becas y tecnología de punta). Esto es, como antes impulsó el telebachillerato, ahora va por la teleuniversidad.
BERGANZA, UN TRANSA
De cantante, Francisco Javier Berganza, logró pasarse a político y fue diputado en el partido escaso de figuras, el PAN (1997) y candidato a gobernador bajo el “efecto Fox” en 1999, sin éxito.
Berganza renunció al PAN al saberse descubierto y acusado penalmente de violación; evitó la cárcel con un amparo, lo típico de nuestros políticos. Reapareció en 2006 y fue senador y presidente de Convergencia. El PAN no tuvo mejor candidato que repetir este año con el cantante. Por segunda vez buscará la gubernatura.
Continuará…
Señales de alerta para el PRI en cuatro de doce gubernaturas
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