José RomeroEl oficio político del secretario de Gobierno, Juan Martín Granados, desactivó las protestas anunciadas e instigadas por diversos actores no solo políticos, sino también desde algunos medios de comunicación, que al estilo de la mafia enviaron en días anteriores mensajes cifrados, previendo una “sorpresa ”para el gobernador Francisco Domínguez, durante la visita del presidente Enrique Peña Nieto, para conmemorar el 99 aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El primero en marchas por Zaragoza, desde la Alameda Hidalgo, Corregidora, para pasar por el Jardín Zenea y dirigirse a Plaza de Armas, fue Sergio Razo con su contingente de Frente Francisco Villa.
Sobre Juárez, un grupo liderado por Luis Alberto Reyes, un puñado de personas extendió dos mantas y colocó playeras sobre el piso, demandando la presentación de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa.
También la Unidad Cívica Carrillo Puerto, liderada por Pablo González-Loyola Pérez, recorrió la misma ruta de Sergio Razo.
En días anteriores, se especuló que vendrían los sacerdotes Raúl Vera y Alejandro Solalinde, invitados por González Loyola, así como Gerardo Fernández Noroña, éste vinculado con Alicia Colchado.
Al parecer ambos opositores, fueron desairados por quienes han hecho de la protesta un modus vivendi.
Al punto de iniciar la ceremonia en el Teatro de la República, todo transcurre en orden.
Los sorprendidos fueron los mismo aprendices de brujo, que mordieron el polvo de la derrota en junió pasado.