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Fractura priista en el semidesierto.
POR: José Romero
Para el Revolucionario Institucional, no todo es miel sobre hojuelas en el proceso de selección de sus candidatos queretanos.
Además de que se cayó la candidatura común del verde Ricardo Astudillo, en Corregidora, a unas horas de que se formalice la candidatura de Roberto Loyola a la capital, dos serios aspirantes a la misma, mantienen viva su aspiración.
Estos son Braulio Guerra y Jesús Rodríguez.
Los municipios que conforman el octavo distrito local -Peñamiller, Tolimán y Colón- son un foco rojo para la dirigencia tricolor, pues las ambiciones e intereses, que no aspiraciones, de grupos y personajes, han metido en un brete a quienes deciden las candidaturas.
El caso más específico es el Colón, donde el munícipe saliente Alejandro Arteaga, junto con su primo, el precandidato a la diputación federal por el primer distrito, Hugo Cabrera Ruiz, han impuesto al dirigente municipal del partido, José Nemorio.
El primero de los señalados, apuesta a que solamente así garantizaría que no se escarbe en el manejo de los recursos públicos en el trienio que termina.
Especialmente, en la remodelación de la Plaza de Soriano donde se inflaron los costos.
Dicen en aquel municipio, que también le preocupa a Arteaga que se investigue a fondo qué funcionarios del municipio brindaron protección a Enrique “Kike” Plancarte, para que se estableciera en el lugar.
Además, de boca en boca, se comenta en aquel lugar, que Arteaga y su delfin, Nemorio, se quedaron con caballos que pertenecieron al narcotraficante michoacano.
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